Libera a tu pueblo (Ex 14, 1)
Nuevamente volvemos a encontrarnos para disponernos a orar con el antiguo testamento en Éxodo 14. Había llegado el día anhelado. Dios le habló a Moisés desde la zarza ardiente y le dijo, ve y dile al faraón que “¡deje salir a mi pueblo!”, pero el faraón no estaba dispuesto a obedecer ninguna orden suprema que le hiciera perder su autoridad. Ese era su imperio y ningún “Dios de los hebreos” iba a derribar sus pirámides. A medianoche Dios hirió de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia, y también a las primeras crías de los animales. El faraón, sus funcionarios, y todos los egipcios, se levantaron esa noche, y hubo grandes gritos de dolor en todo Egipto. No había una sola casa donde no hubiera algún muerto. Esa misma noche el faraón mandó llamar a Moisés, y le dijo: -Váyanse, apártense de mi gente, tú y los israelitas pueden irse. Existe un Dios que escucha el llanto del oprimido, que exige la justicia y ama a aquellos que hacen el bien. Finalmente, el testarudo f...