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Mostrando entradas de julio, 2011

¡Consuela, consuela a mi pueblo! (Is 40, 1)

Son muchos los que necesitan y demandan consuelo. Los invito a acercarse ahora a ellos, con nuestra mente y nuestro corazón. Miren sus rostros, escuchen sus palabras, el silencio, entremos en sus vidas. Detecten y acojan las llamadas de los que están solos y se ven abandonados por los suyos, de los cansados de la vida, de los perseguidos y calumniados, de los desdichados y desgraciados, de los excluidos y marginados, de los que no encuentran sentido a sus vidas, de los que no tienen paz en su corazón, de los que sufren a causa de los malos tratos o de sus sentimientos de culpabilidad. Contemplemos a los enfermos incurables, a los ancianos abandonados y falta de cariño, a los que han perdido a un ser querido, a los padres desconcertados por el comportamiento de sus hijos, a las parejas rotas, a los que viven la experiencia del rechazo, la incomprensión o el fracaso… a los creyentes que andan sumidos en la noche oscura, etc. Pensemos también en las familias y en los pueblos que sufren ...

¡Me amó y se entregó por mí! (Ga 2, 20)

Este versículo escrito por San Pablo Apóstol que está en la carta a los Gálatas en el capítulo 2, versículo 20, dice: Lectura: Ga 2, 20 Esta vida en la carne la vivo en la fe en el hijo de Dios que me amó y se entregó por mí. Mensaje de consolación Ahora vamos a poner atención en la siguiente historia que nos ayudará a comprender esta frase del Apóstol: «Esta vida en la carne la vivo en la fe en el hijo de Dios que me amó y se entregó por mí». Había una vez una Señora que se fue con su niño a vivir a Estados Unidos, pero este niño tenía siempre vergüenza de las manos de su mamá, porque eran unas manos sucias, con llagas una cosa muy fea y desde pequeñito el niño le decía: —Voy a invitar a mis amigos a la casa, pero escóndete las manos, porque dan miedo, no sea que se asusten y se vayan; así que la Señora escondía sus manitas, y venían los amigos a jugar. El niño fue creciendo y ya se creía todo un ciudadano americano, ya traía a los amigos a la casa y decía: —Mamá van...

Busca primero el reino de Dios (Mt 6, 26-33)

Nuevamente volvemos a encontrarnos, en esta meditación vamos a orar partiendo de la lectura del Evangelio según San Mateo capítulo 6, versículos del 26 al 33, en la que él mismo nos recomienda buscar primero el reino de Dios y su justicia, que todo lo demás se nos dará por añadidura. «Dios conoce nuestras necesidades y proveerá para suplirlas» (Luc. 12:30,31), «Dios recompensará todo nuestro esfuerzo y abnegación» (Luc. 18:29) Oración a Dios Espíritu Santo Espíritu de santidad, aliento divino que mueve el universo, ven y renueva la faz de la tierra. Suscita en los cristianos el deseo de la plena unidad, para ser verdaderamente en el mundo signo e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad del género humano. Ven, Espíritu de amor y de paz. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. Lectura: Mt 6, 26-33 26 Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acas...