Tu gracia (2Co 12, 6-10)

En la segunda Carta a los Corintios en el capítulo 12, versículos del 6 al 10. dice San Pablo:

Lectura: 2Co 12, 6-10
“En cuanto a mí solo me gloriare en mi flaqueza y si quisiera gloriarme diría la verdad, pero me abstengo de ella, no sea que alguien se forme en mí, una idea superior a lo que soy por tu gracia. Tengo como un aguijón enterrado en mi carne, es como un representante de Satanás que me abofetea y me hace sufrir. He rogado tres veces al Señor para que apartara esto de mí, y otras tantas me ha dicho: –Te basta mi gracia, te basta mi fuerza–, por eso me complazco en mi flaqueza para que habite en mi la fuerza de Cristo, porque cuando estoy débil entonces soy fuerte, su gracia se muestra perfecta en mi flaqueza”. Palabra de Dios

Mensaje de consolación
La gente prudente va al médico cuando está herida o enferma. Los estudiantes que quieren aprender buscan la ayuda del maestro cuando no saben qué hacer en un proyecto. Las personas honestas reconocen cuando se han equivocado o fallado. Los humildes no se avergüenzas de pedir disculpas. Admitir que estamos enfermos, que necesitamos ayuda en un problema, que hemos fallado o que estamos equivocados, es signo de sabiduría y madurez, no de debilidad. Pablo habla de una aflicción, un aguijón enterrado en su carne, y del intenso deseo de librarse de eso. Y si a alguien le a picado una abeja sabrá lo que es tener un aguijón. Él decía: Es como un ángel de Satanás que me abofetea, que me humilla. Hay cosas que habrás pedido tanto a Dios y no te las quita: Le suplique 3 veces al Señor que me quitara esto; y me dijo: No te lo pienso quitar. San Pablo nos cuenta en la carta a los corintios: Le suplique tanto y el me contesto – No Pablo, te basta mi gracias; Te basta mi fuerza y mi fuerza actúa mejor en la debilidad, cuando eres débil entonces eres fuerte -.

Hay una diferencia entre Judas y Pedro Judas cae y se ahorca, Pedro cae, llora y vuelve. Tú y yo vamos a caer siempre, y a veces hasta con la misma piedra. Dice San Pablo: Señor quítame esta cosa, no sabemos lo que era, menos mal que no nos dijo para que la mente piense, quítame este aguijón que me humilla. Y a veces Dios algunos vicios te los quita, otros no, porque en la medida que lo tienes tú aprendes como Pablo, te basta mi gracia, te basta mi fuerza, Y el caerse y levantarse te hace fuerte, te hace humilde, te hace compasivo, no tengas miedo de caer si ten miedo de no levantarte, puedes ser Judas y ahorcarte solo o llorar, arrepentirte y volver a Dios.

Ahora, sin Dios el aguijón va a poder contigo, la carne esa fuerza que hay en nosotros que llamamos pecado va a poder contigo, pero si tú te abrazas a Jesús, si tu comulgas su cuerpo y su sangre, si tu recibes los sacramentos vas a tener la vida de la gracia en ti.

Piensa en alguno de tus aguijones, el más querido por ti o el más duro, el más difícil, quizá una enfermedad, gózate en ese aguijón y di como Pablo:

Porque cuando eres débil con Dios eres fuerte; no esperes ser santo, fuerte e inmortal sin Dios en tu debilidad. Nunca fue tan débil Dios, dice Pablo, que cuando se mostró en la cruz, un hombre colgado, desnudo, orinándose. Que iban a reconocer los judíos que era el mesías, todos esperaban un mesías diferente. Nunca se mostró tan débil Dios que en la cruz o en la eucaristía, en un trozo de pan. Y nunca se manifestó tanto su potencia y su amor, nunca Dios se va a manifestar tanto en ti que en tu debilidad, que en tu aguijón, que en esa dificultad. No esperes que Dios te la quite.

San Pablo al igual que tú, también fue atacado, menospreciado y desacreditado; pero su misión y su capacidad de amar y compartir la Buena Nueva con otros jóvenes, venía de Dios y no de él mismo. Dentro de nosotros hay dos fuerzas, una que te estira siempre para arriba y otra para abajo. Algo que tenemos que aprender todos los jóvenes es el discernimiento, hay que aprender a Olfatear, el huele a Cristo, esto a que me huele, la fe va ayudarte a ser más perceptivo para ver en los demás no las apariencias sino el corazón, lo que es de Dios y lo que no es de Dios, porque el mundo es bueno, el mundo fue salvado por Cristo, sólo tenemos que tener la actitud del discernimiento, el buen olfato, aquí siempre estará el trigo y la cizaña, pero uno debe sacar lo mejor de uno mismo, tu saca lo mejor de ti y despierta en el otro lo mejor del otro, hay que olfatear no alejarse del mundo y vencer el mal con la fuerza del bien, pero con inteligencia, con olfato, saca el mejor trigo de ti, la cizaña siempre estará hasta el fin de los tiempos, cuando estemos con Jesús otra cosa será, mientras tanto rescatemos el trigo que llevamos dentro. No te desanimes, no te calles, den siempre testimonio de Jesús, y si fallan, reconózcanlo con humildad, reconcíliense y sigan adelante.

En lo más débil, en lo más frágil, se manifiesta lo más fuerte, esa es nuestra mejor conquista, no ser fuertes, sino aprender a ser débiles con la gracia y la fuerza de Dios.

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