Hagan todo lo que Él les diga (Jn 2, 1-11)

Salve, llena de gracias. El Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres. (Lc 1,28) Existe muy poca información sobre la vida de María, incluso en los cuatro evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan se habla muy poco sobre ella. La historia de María puede ser para algunos muy tanto misteriosa, porque cómo puede haber tan poco sobre ella en el Nuevo Testamento y tanto sobre ella en la Iglesia. En está ocasión daremos lectura en el evangelio según San Juan, capítulo 2, versículos del 1 al 11, el mensaje que quiero compartirte en esta reflexión trae enseñanzas del sacerdote Aldo Giordano.

Oración a María Inmaculada
¡Oh María Inmaculada! Vos que habéis hallado gracia ante los ojos del Altísimo y habéis concebido al Hijo de Dios en vuestro seno Purísimo por el Espíritu Santo. Rogad por nosotros a fin que podamos imitar vuestras virtudes. Intercede para que Dios nos envíe el Espíritu Santo y purifique nuestros manchados corazones y nos llene de alegría, amor y paz, y podamos ser antorchas encendidas que proclamemos la Palabra vivificadora a todos nuestros hermanos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Lectura: Jn 2, 1-11
1. Tres días después, hubo una boda en Caná de Galilea, y estaba invitada la madre de Jesús, 2. También fueron invitados a la boda Jesús y sus discípulos. 3. Se les acabo el vino, y entonces la madre de Jesús dijo: -No les queda más vino. 4. Jesús le respondió: -Mujer; ¿a ti y a mí qué? si todavía no es hora. 5. Dijo la madre a los sirvientes: -Hagan todo lo que él les diga. 6. Había allí seis cántaros de piedra, de los que utilizaban los judíos para ritos de purificación, de unos ochenta o cien litros cada uno. 7. Jesús dijo a los que servían: -Llenen los cántaros de agua. Y los llenaron hasta arriba. 8. Una vez llenos Jesús dijo: -Saquen ahora un poco y llévenselo al jefe de la fiesta. Ellos cumplieron sus órdenes. 9. Cuando el jefe probó el vino, sin saber de dónde venía (aunque los sirvientes sí, porque sacaron el agua), llamó al novio 10. Y le dijo: -Todo el mundo sirve el mejor vino primero, y cuando los invitados ya han bebido bastante, sacan el peor. Pero tú, en cambio, has dejado el mejor vino para el final. 11. Esto sucedió en Caná de Galilea. Fue el primer signo realizado por Jesús. Así manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él. Palabra del Señor 

Mensaje de consolación
Te invito a que viajes en el tiempo, a ese momento de la boda, métete en la escena como aconseja San Ignacio de Loyola, a la composición del lugar, escucha la música, mira a los invitados, mira a los novios. María se da cuenta de que se acabó el vino, no sabemos cuánto había, no sabemos cuántos invitados eran, pero podemos conocer a cerca de la cultura de Jerusalén. Una boda en nuestros tiempos dura alrededor de 4 horas, pero una boda de judía duraba hasta 7 días. Entonces, se acabó el vino y una vez terminado el vino damos por terminada la fiesta, cada quien se va para su casa. Porque, quién no ha visto un divorcio de una familia o un negocio cerrarse, es lo más fácil porque no hay ayuda, no hay un análisis, no hay como remediar el error; Sin embargo, María tuvo la sensibilidad de darse cuenta del problema, de tu preocupación y entonces le habla de ti a Jesús.

Si tienes algún problema en tu hogar, una preocupación, estas enfermo o tienes un familiar enfermo, o estás cansado y andas en búsqueda de paz y de justicia, déjame decirte que ella ya lo sabe, María ya se dio cuenta. Yo quiero ayudarte a descubrir un poco más sobre quién es María, ayudarte a comprender por qué hay tanto de ella en la iglesia.

A pesar de que hoy en día las mujeres en su mayoría se consideran iguales a los hombres, esto no es cierto acerca de todos los países del mundo. En Medio Oriente desde tiempos de María hasta ahora, las mujeres están sometidas al hombre, no pueden hablar, su voz no vale; no pueden salir solas.  Sin embargo, en el momento de la anunciación, Dios le habla a María por medio del ángel Gabriel y le dice: —Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús, y ella preguntó: —Cómo sucederá si no conozco a ningún hombre. Recordemos que una pregunta muy parecida salió de Zacarías porque no creía que su esposa Isabel en su vejez pudiera tener un hijo, y fue entonces que Dios lo dejó mudo hasta el nacimiento del niño. En cambio con María, Dios le dio una explicación a detalle de como ocurriría todo. Para María estar embarazada sin estar casada, supone un peligroso dilema. El que una joven estuviera embarazada antes del matrimonio era un escándalo, según las escrituras hebreas la pena por adulterio que es lo que se habría considerado era morir apedreada.

¿Cómo ve Dios a la virgen María?, evidentemente no la ve como la ven tantos hermanos separados, como una estatua que nosotros adoramos, una diosa falsa, una pecadora, un estorbo; así no la ve Dios, Dios Padre cuando ve a María, ve una hija perfecta, fíjense que cuando buscamos un nombre para la pupila, para esa parte tan sensible del ojo, que apenas se acerca el viento o un poquito de polvo, inmediatamente el parpado la protege, le pusimos de nombre “la niña de mis ojos”; Y Dios sigue viendo a María como su hija más perfecta, la hija que jamás le fallo en nada, imagínate tener una hija bella, inteligente, buena, decidida, de carácter, que nunca te ha dado ni el más mínimo disgusto y te da las más grandes satisfacciones, esa es María para Dios Padre. El espíritu santo ve a la virgen María como a la novia, la esposa, pero ¿cómo ve Jesús a la virgen María?, Jesús cuando ve a María, ve una madre perfecta, uno cuando es un niño ve a papá y a mamá como unos superhéroes, después que vamos creciendo, vemos que cometen errores, y ya cuando somos adultos decimos que nuestros papas tienen un límite; pero para Jesús su madre es perfecta, no tiene límites, es protectora, cuando Herodes quiere asesinar al niño, ella huye a Egipto, pero además de ser muy protectora, lo deja libre, siendo ella viuda y él su único apoyo, lo deja ir, y cuando Jesús está en problemas, ahí aparece ella. (Aldo Giordano/Homilía, 2015)

La virgen María le dio un empujón a Jesús, vimos en la lectura que Jesús iba a hacer su primer milagro y era como un águila que tenía miedo a volar, María lo empuja para que sea grande, lo cuida, lo suelta, lo abraza y lo acompaña en el momento más duro; Jesús, a la única mujer en el mundo o en el universo a la que le puede decir mamá es a esta mujer.

Mira a las personas que tengas a tu alrededor, mírales a la cara, son obras muy queridas por Dios, pero hay que reconocer que María es la obra maestra de Dios, es de gran categoría la virgen María que lo único con lo que la podemos comparar es con Jesús, solo es comparada con Cristo hombre, la diferencia entre ellos es que él es Dios y ella no, ella es una persona humana y él una persona divina, pero salió de ella, lo cual nos indica, cuanta similitud no habrá entre ellos dos, yo me miro y en mi reconozco rasgos de mi mamá y de mi papá. Jesús salió de María nada más, ella guio sus primeros pasos, ella le enseñó a hablar, el estilo de Jesús es el estilo de María. Hay una película muy bonita de la vida de María donde el niño Jesús en la noche le dice: -Mamá, no puedo dormir, cuéntame una historia- Y la virgen se sienta en la cama y le empieza a decir: -Un día salió un sembrador a sembrar… y esa escena te hace pensar, cuántas de esas parábolas, esa manera de ver la naturaleza, de descubrir la palabra de Dios en el sembrador que salió a sembrar, en el muchacho que es un inútil y no hace nada con los diez talentos, eso lo aprendió de ella, de quien fue su maestra espiritual, Dios la hizo tan perfecta y tan sabia que cuando se hizo hombre se deja criar por ella.

María la madre perfecta, por lo que ya hemos reflexionado entendemos el valor de su intercesión ante la Santísima Trinidad, la virgen María es la hija perfecta, es la novia, la esposa, la madre perfecta y protectora que acoge a todos los que acudimos a ella, es también nuestra madre, una madre que ve por las necesidades de toda la humanidad. Tomate unos minutos para pensar en María, mira que Jesús antes de morir en la cruz nos la entregó como madre, él que dio su vida por ti y por mí, por todo el mundo, también nos entregó a su madre, acógela en tu casa, en tu vida, somos sus hijos. Jn 19, 25-27

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