San Jorge el gran Mártir


San Jorge es uno de los más venerados y respetados santos de la iglesia católica, su memoria se recuerda el 23 de abril fecha en la que se presume el santo entrego su vida por Cristo. Los fieles han incorporado su nombre en sus vidas mucho más que el de cualquier otro santo, así como la iglesia en todo lugar ha dedicado templos a su memoria desde el mismo siglo IV, una de ellas es el templo de San Jorge en la ciudad de Tesalónica en Grecia, que de acuerdo a los historiadores se remonta a dicha fecha. Así mismo, se recuerda que existieron templos con su nombre tanto en Siria, en Mesopotamia, como en Egipto y en otros lugares del mundo, de hecho el Templo al que he asistido desde niño está dedicado a su venerable memoria.

Cántico de los fieles
Glorioso Mártir tu nombre excelso se escucha por toda la tierra, porque no existe desierto mar ni ciudad que no recuerde en verdad tus incontables milagros.

Nació en la ciudad de Capadocia de la región de Anatolia (Actualmente perteneciente a Turquía), en el año 275 o 280 d.C. hijo de una familia romana de religión cristiana. Cuando San Jorge apenas era un niño su padre llamado Geroncio quien era miembro de las fuerzas militares murió. Quedando solos, San Jorge y su madre de nombre Policromía (de origen griega) partieron a Palestina al pueblo de Lydda donde ella había nacido y el lugar donde San Jorge se criaría.

Muy joven fue aceptado como tribuno militar y al darse cuenta sus superiores de las habilidades que tenía fue nombrado caballero siendo menor de 30 años, en poco tiempo fue llamado a formar parte de la guardia personal del emperador romano Diocleciano. Este mismo emperador persiguió sin piedad a todos los cristianos de su imperio.

En el siglo VI, un abad irlandés, Adomnanus de la isla de Lona se hizo con los relatos del obispo de Galia, en que Arkulf peregrinó a Tierra Santa hacia el año 680 y trajo consigo la leyenda de San Jorge, la cual después se extendería por muchos lugares alrededor del mundo por las iglesias de oriente y occidente.

Siendo un joven oficial en tierras de Libia, se dirigía a la ciudad de Silca. Cuenta la leyenda que un dragón, estuvo atacando Silca durante un periodo de tiempo. El dragón era muy feroz y se llevaba a toda la gente de aquel lugar. Un día el dragón exigió que le entregarán a la bella hija del Rey. El monarca horrorizado ofreció al dragón todo lo que tenía a cambio de la vida de su hija. Muchas familias del pueblo habían perdido a sus hijos y seres queridos durante los ataques del dragón. Pero el Rey no quería aquella muerte horrible para su hija, pero nada podía hacer ante tal amenaza.

Fuera de las murallas del reino la hija del Rey caminaba con mucho miedo en espera de que aquel feroz dragón se apareciera para que viniera por ella, sin embargo, en ese preciso momento San Jorge llegó a la ciudad y se encontró con la bella joven quien lloraba desconsolada y temblaba de miedo. San Jorge le preguntó que le sucedía y la doncella le dijo que un feroz dragón ha estado amenazando de muerte a todo el pueblo y que ahora mismo el dragón vendría por ella. San Jorge le ofreció su ayuda y su protección. En ese momento, justamente, llegó el dragón enfurecido que salía del lago donde vivía. Rápidamente San Jorge montó sobre su caballo y sacó su espada y con mucho coraje se le enfrentó. Mientras luchaba se encomendó a Dios ofreciéndole aquella bestia del mal a cambio de la victoria.

Una vez que pudo controlar al animal, San Jorge ató a la bestia mitológica todavía viva, adormecida y la llevo a los ojos de todos los habitantes del pueblo. Estando en la ciudad frente a toda la población y del Rey, San Jorge dijo: —El monstruo está dormido, no despertará, pero Dios quiere que le honréis recibiéndole en sus corazones, bautizándose con el fuego del Espíritu Santo, a cambio yo mataré al dragón con mi espada. Enseguida que el dragón parecía que se iba a despertar la gente se horrorizó y eligieron ser bautizados por San Jorge.

En cuanto el dragón despertó, San Jorge montó en su caballo y con su lanza le atravesó el corazón al dragón, cayendo éste desplomado al suelo. Su sangre se escampó por todo y de rodillas San Jorge entregó a Dios su victoria.
San Jorge nunca dio a conocer su fe, en el ejército nadie conocía sobre su condición de cristiano, hasta que él considero necesario hacerlo público. El emperador romano ordeno la más sangrienta de las persecuciones de todo su imperio. San Jorge no pudo cumplir con aquella petición, protestó y criticó la política persecutoria del emperador. Cuando el emperador conoció la verdad sobre su fe, no dudó muy enfadado, ordenar ejecutar al joven tribuno. Días después de su tortura por parte del ejército romano, San Jorge fue decapitado, muriendo así el 23 de abril del 303.

Su cuerpo fue sepultado en la población de su madre: Lydda. Su tumba todavía es venerada por los cristianos, principalmente por los cristianos ortodoxos griegos. Uno de los primeros Papas de la Iglesia le canonizó en el año 494 y fue el papa Gelasio I, señalando como fiesta de San Jorge el día que murió degollado, el 23 de abril e inscrito en el santoral católico.

La figura de San Jorge el Gran Mártir tiene dos significados es: «El arma de Dios en la tierra y el triunfo del bien sobre el mal», el caballo blanco somos tú y yo «La iglesia de Cristo», la lanza es el arma que Dios nos da a cada uno «El don de la fe» y el dragón hace referencia a todo a lo que estaremos expuestos «Al mal, al pecado y al demonio»; pero juntos con San Jorge, unidos como Iglesia y con el arma que Dios nos dio, podremos vencer al dragón y hacer que no vuelva a despertar.

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