Jesús está pasando por aquí (Jn 20, 1-9)
¡El Señor ha resucitado… Aleluya! Nuevamente celebramos la fiesta más importante de nuestra fe cristiana y que de acuerdo con los evangelios canónicos, se conmemora la resurrección de Jesús al tercer día, después de morir en la cruz. Cristo cumple su promesa: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”. Juan 11, 25
Oración inicial
Dios Espíritu Santo, sé mi manantial de dones y carismas, cólmame de tu fuerza y tu bondad. Quiero que me perdones por tantas faltas de caridad. Vive en mí, sé mi invitado permanente. Florece en mí como hierba fresca y flores del campo, así, lleno de paz, de Cielo y de Gloria. Amén.
Lectura: Jn 20, 1-9
1 El primer día de la semana, muy temprano, antes de salir el sol, María Magdalena vino al sepulcro. Cuando vio que habían retirado la piedra que tapaba la entrada, 2 regresó corriendo a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo a quien Jesús tanto quería, y les dijo: —Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto. 3 Pedro y el otro discípulo fueron rápidamente al sepulcro. 4 Salieron corriendo los dos juntos, pero el otro discípulo se adelantó a Pedro y llegó antes que él. 5 Al asomarse al interior comprobó que las vendas de lino estaban allí; pero no entró. Siguiéndole los pasos llegó Simón Pedro que entró en el sepulcro, y observó que las vendas de lino estaban allí. 7 Estaban también el lienzo que habían colocado sobre la cabeza de Jesús, pero no estaba con las vendas, sino doblado y colocado aparte. 8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro. Vio y creyó. 9 (Y es que hasta entonces, los discípulos no habían entendido la Escritura, según la cual Jesús tenía que resucitar de entre los muertos). Palabra de Dios.
Mensaje de consolación
Meditemos con alegría y gratitud el gran misterio de la Resurrección del Señor, pero qué significa resurrección para una persona que sufre, qué significa resurrección para una persona que padece una enfermedad terminal, qué significa resurrección para una persona que tiene que levantarse cada mañana para recibir una dosis de dolor, qué significa resurrección para tí y para mí. No hay ningún libro de historia que hable sobre la resurrección de Jesús, sin embargo, el que Cristo resucito, eso no es un mito, ni una leyenda, es un hecho comprobado históricamente. ¿Quién dice cómo murió Cleopatra? unos dicen que se suicidó y otros que la pico una cobra. Ahora, qué persona de la historia se dejó matar porque dijo: —No, de verdad que ella murió porque la pico una cobra. —Te vamos a matar porque andas diciendo eso. —No, mátenme si quieren, pero ella murió porque la pico una cobra. Hay algún testigo que haya muerto porque dijo esto de Cleopatra, pues no. Ahora, a cuántos mataron por no negar que vieron a Jesús resucitado, por eso, la resurrección de Cristo es una verdad histórica sellada con sangre.
Le apresaron, se presentaron testigos falsos, le condenaron, le azotaron todo el cuerpo, le destrozaron toda la piel, le coronaron de espinas, le ponen a cargar una cruz, paso un día sin comer, le colgaron de tres clavos, le asfixiaron, le rompen el costado, le meten una cuchilla en el pecho, le pusieron en un sepulcro, sellaron la entrada con una piedra y le ponen soldados a cuidarla; por primera vez en la historia que se ponen a vigilar un muerto. Al tercer día, el sepulcro estaba vacía y cuando Magdalena va, la tumba estaba abierta. Cuánto amaba Magdalena a Jesús, que hasta se le ocurre ir a sacar un muerto al tercer día para echarle perfume, eso nadie lo hace, pero ella lo quería hacer porque estaba loca por Jesús. María Magdalena encuentra la tumba vacía y se sienta a lado del sepulcro, porque ella estaba desesperada y no tenía nada de Jesús, más que su tumba. Entonces, siente una sombra de tras que llego alguien y le dice: —Señor, si usted fue el que se llevó el cuerpo dígame en donde lo puso. —María. En eso ella, cuando escucha la voz, la reconoce y le dice: —Maestro mío.
El Papa Francisco nos dice: —Si Cristo ha resucitado, podemos mirar con ojos y corazón nuevos todos los eventos de nuestra vida, también los más negativos. Los momentos de oscuridad, de fracaso y también de pecado pueden transformase y anunciar un camino nuevo. Cuando hemos tocado fondo con nuestra miseria y nuestra debilidad, Cristo resucitado nos da la fuerza para volvernos a levantar. ¡Si nos encomendamos a Él, su gracia nos salva!
Señor Jesús Resucitado, ahora me toca a mí, una persona débil, frágil, con tendencias al pecado, pero en quien tu confías, dame tu Espíritu Santo para sonreír, para amar, para vencerme a mí mismo, para servir a los demás con amor y alegría; haz el milagro que en vez de vivir ocupado de mí, viva ocupado de los demás y que cuando me vean te vean y que cuando yo sirva terminen creyendo en ti. Amén
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